La “realidad” es también aquello que
está más allá de mí, más allá de aquello que veo, percibo y siento.
Es decir, que cuando tomo por “realidad”
aquello que veo, percibo y siento, me estoy confundiendo, me quedo corto.
Me quedo preso de mis propias limitaciones
sensoriales, y corto las alas a nuevas posibilidades de conciencia no nacida.
Por lo menos debemos reconocer que lo
que veo, percibo y siento y lo que está más allá de dicha percepción constituyen
realidades distintas o diferenciadas o complementarias.
¿Y cuál de esas realidades quiero
cambiar?
¿Y cuál puedo cambiar?
La respuesta es: ambas
Y la dificultad está en el método, en
saber cómo realizarlo.
La vida es un aprendizaje continuo,
hasta el fin.
Y eso que veo, percibo y siento, ¿dónde
está realmente?, ¿dentro o fuera?
La respuesta es dentro y fuera, a la
vez.
Al mismo tiempo y al mismo ritmo.
Es decir, que nuestra contribución al
todo es esencial.
2017