Desde el lejano cuadrante de Diáclones
habían llegado esas 3 naves colosales, y ahora se encontraban justo delante de
mí, como por arte de magia. Aunque su forma y tamaño eran idénticos, cada una
de ellas emanaba una luz tenue ligeramente distinta, lo que permitía
atribuirles un poco de personalidad, un sello distintivo, por así decirlo, que
las caracterizaba.
Uno de los guías de esas naves
había permitido una leve interferencia en su campo de intención al cruzar un
cinturón de planetoides de alto potencial cuántico y gran densidad, de tal
forma que llegaron al corazón de nuestra estrella – UnicoN - como resultado de
una única alternativa de resolución ante un evento asociado a dilema,
sobrevenido por un inesperado conflicto entre la probabilidad de las múltiples
consecuencias previsibles y el objetivo de
viaje predeterminado inicialmente a nivel de manifestación física
espacio-temporal.
UnicoN es una estrella de nivel 4
y radiación magnética de alta densidad, con funciones específicas de vigilancia
y reciclaje de manifestaciones errantes que se producen en el umbral de salida
(o entrada) de nuestro universo.
Podría decirse que se trata de un
taller de recalibración etérica, para todo aquel elemento que es atraído por
resonancia hasta este lugar. La elevada densidad y frecuencia del plasma radial
del centro de gravedad de UnicoN, permite la compresión armónica de la carga
electro-gravitatoria de cualquier identidad, de tal forma que se consigue una
re-calibración cuántica a nivel del cuerpo etérico e incluso una
intensificación del Halo supra-espiritual. En resumen, un reconocimiento y
reactivación del alma por conexión resonante desde el interior del propio
corazón con el corazón primordial del universo.
En realidad, aunque el origen de
la llegada a UnicoN en principio se considera un error o fallo del campo
intencional puro, la sorpresa y alegría que se veía habitualmente reflejada en
el rostro de los náufragos recién aterrizados, provenía tanto de la sorpresa
que provocaba un evento tan inesperado como de la calidez y armonía que se
experimentaba al mismo tiempo. Solían oírse expresiones del tipo: algo
ha cambiado, o incluso: reconozco
esta nueva intensidad.
Todos los seres que han estado en
UnicoN se reconocen de forma inmediata en cualquier proceso de comunicación. Se
reconoce por la sensación de haber experimentado lo que algunos llaman la pérdida enriquecedora, algo que confiere
al alma un nivel de confianza que, de forma clara aunque a la vez sutil, va más
allá de lo que consideramos convencional.
2014